publicado el 1.2.07
Tijuana, Baja California > el movimiento que cruza el muro
En Tijuana, la frontera "mala" de este país o al menos así se dice. Pues la verdad nos encontramos en un ambiente tenso, ciertamente: los policias andan por la calle ni que fueran pandilla callejera, haciendo lo que se les antoja, levantando gente y "mordiendo" a quienes se les venga en gana; el ejercito parece controlar parte de la ciudad, pero más de un retén no vimos; escuchamos de asesinados. Sin embargo andando por estas calles, la sensación es mucho más placentera que en Cd. Juarez. Quizás sólo una impresión.
Encontramos la Otra Tijuana, una experiencia colectiva que reune decenas de organizaciones y que, después del discurso de la Comisión Sexta el 20 de octubre pasado, anda muy activa. Una renunión con la agenda llena. Primera cita el campamento cucupá, lanzado por la Otra Campaña: una comunidad indígena, en la orilla del Mar de Cortés, que ha sido y es reprimido en su actividad principal (la pesca) y en su tierra. La cita por el campamento es desde finales de febrero hasta mitad de abril: ¡a defender los pescadores cucupá!
Acerca de las actividades de la Otra Tijuana nos habla Jaime Cota, miembro de CITTAC [audio].
Ademèas de la Otra Tijuana, en esta ciudad suele reunirse la Otra del Otro Lado, encuentro binacional pero pluricultural que reune no sólo los de Baja California sino también los zapatistas del otro lado, desde San Diego hasta Los Angeles. Una experiencia única en esta gran Otra Campaña. De esta realidad hablaremos en los próximos días.
El 3 de octubre de 1999, cuando aún existía el Frente Zapatista de Liberación Nacional, un compañero de ellos, Cosme Damian, fue levantado por la policia. Apareció el día siguiente ahorcado en una celda. Nadie pagó por ese crímen, pero todos lo recordamos. En la Otra Tijuana hay un colectivo que lleva su nombre, Colectivo Cosme Damian, del cual Carmen Valadez nos habla [audio].
Aquí también está presente la industria maquiladora. Está presente de forma distinta a como lo está en Cd. Juarez: el impacto urbanistíco, en los servicios, pero sobre todo en la calidad de vida de las personas es diferentes, mucho menos impactante. Aquí la maquila no manda, pero sí está presente como alternativa de trabajo. Y como en Juarez es lugar de explotación y de muerte, sobre todo para la mujer.
Jaime Cota del Centro de Información para Trabajadores y Trabajadoras (CITTAC) nos habla de las actividades de la organización en favor de los y las trabajadoras de la maquila [audio]. Carmen Valadez, de Colectiva Feminista, hace particular énfasis sobre el rol de la mujer en el mundo de la maquiladora [audio].
Véase Las Voces de la Maquila.
Por último el muro que en realidades lo primero que impacta de esta ciudad. Siempre fijo, allá lejos, en el horizonte norte de esta sobrepoblada ciudad. Un límite fisico que arriesga de volverse límite mental. La imágen fija de un mundo cortado, de la proibición a vivir libremente en las tierra que nos pertenecen, en las cuales nacimos y vivimos. De este lado, las cientos de casas, irregulares, calles de lodo y tierra, pobreza y miseria. Luego un muro de metal, viejo y oxidado. Luego Otro muro, alto, fortificado, nuevo acompañado por palos con reflectores y cámaras de video. En fin otro muro más chiquito. Atrás de todo esto, unos kilometros de tierra árida que nos separa de San Diego y el sueño américano. De este lado las 4,000 cruces que nos recuerdan los muertos, los demasiados que perdieron la vida en cruzar esta maldita frontera. Los muertos están de este lado, la verguenza está pocos metros más allá de la primera valla, custodiada en los automóviles de la Patrulla Fronteriza, que sigue vigilando y reprimiendo el deseo de vida de miles cada año.
[algunas fotos]
En Tijuana, la frontera "mala" de este país o al menos así se dice. Pues la verdad nos encontramos en un ambiente tenso, ciertamente: los policias andan por la calle ni que fueran pandilla callejera, haciendo lo que se les antoja, levantando gente y "mordiendo" a quienes se les venga en gana; el ejercito parece controlar parte de la ciudad, pero más de un retén no vimos; escuchamos de asesinados. Sin embargo andando por estas calles, la sensación es mucho más placentera que en Cd. Juarez. Quizás sólo una impresión.
Encontramos la Otra Tijuana, una experiencia colectiva que reune decenas de organizaciones y que, después del discurso de la Comisión Sexta el 20 de octubre pasado, anda muy activa. Una renunión con la agenda llena. Primera cita el campamento cucupá, lanzado por la Otra Campaña: una comunidad indígena, en la orilla del Mar de Cortés, que ha sido y es reprimido en su actividad principal (la pesca) y en su tierra. La cita por el campamento es desde finales de febrero hasta mitad de abril: ¡a defender los pescadores cucupá!
Acerca de las actividades de la Otra Tijuana nos habla Jaime Cota, miembro de CITTAC [audio].
Ademèas de la Otra Tijuana, en esta ciudad suele reunirse la Otra del Otro Lado, encuentro binacional pero pluricultural que reune no sólo los de Baja California sino también los zapatistas del otro lado, desde San Diego hasta Los Angeles. Una experiencia única en esta gran Otra Campaña. De esta realidad hablaremos en los próximos días.
El 3 de octubre de 1999, cuando aún existía el Frente Zapatista de Liberación Nacional, un compañero de ellos, Cosme Damian, fue levantado por la policia. Apareció el día siguiente ahorcado en una celda. Nadie pagó por ese crímen, pero todos lo recordamos. En la Otra Tijuana hay un colectivo que lleva su nombre, Colectivo Cosme Damian, del cual Carmen Valadez nos habla [audio].
Aquí también está presente la industria maquiladora. Está presente de forma distinta a como lo está en Cd. Juarez: el impacto urbanistíco, en los servicios, pero sobre todo en la calidad de vida de las personas es diferentes, mucho menos impactante. Aquí la maquila no manda, pero sí está presente como alternativa de trabajo. Y como en Juarez es lugar de explotación y de muerte, sobre todo para la mujer.
Jaime Cota del Centro de Información para Trabajadores y Trabajadoras (CITTAC) nos habla de las actividades de la organización en favor de los y las trabajadoras de la maquila [audio]. Carmen Valadez, de Colectiva Feminista, hace particular énfasis sobre el rol de la mujer en el mundo de la maquiladora [audio].
Véase Las Voces de la Maquila.
Por último el muro que en realidades lo primero que impacta de esta ciudad. Siempre fijo, allá lejos, en el horizonte norte de esta sobrepoblada ciudad. Un límite fisico que arriesga de volverse límite mental. La imágen fija de un mundo cortado, de la proibición a vivir libremente en las tierra que nos pertenecen, en las cuales nacimos y vivimos. De este lado, las cientos de casas, irregulares, calles de lodo y tierra, pobreza y miseria. Luego un muro de metal, viejo y oxidado. Luego Otro muro, alto, fortificado, nuevo acompañado por palos con reflectores y cámaras de video. En fin otro muro más chiquito. Atrás de todo esto, unos kilometros de tierra árida que nos separa de San Diego y el sueño américano. De este lado las 4,000 cruces que nos recuerdan los muertos, los demasiados que perdieron la vida en cruzar esta maldita frontera. Los muertos están de este lado, la verguenza está pocos metros más allá de la primera valla, custodiada en los automóviles de la Patrulla Fronteriza, que sigue vigilando y reprimiendo el deseo de vida de miles cada año.
[algunas fotos]
publicado el 30.1.07
Mexicali, Baja California Norte
Mexicali > los migrantes construyen sueños
Estamos en Mexicali, ciudad de frontera, como Cd. Juarez pero aquí parece que la ciudad no crece y no ha crecido alrededor del desarrollo de la industria maquiladora. Ciertamente, la maquila existe y paga. Paga poco, menos que en Juarez, pero paga. Está raro, la ciudad parece ser muy acogedora, todo mundo anda mucho más tranquilo. Esta es la impresión. Acogedora como lo son los diferentes refugios para migrantes que visitamos.
Agarrando el transporte público, al fondo de las calles que cruzamos se ve una barda, alta, color café que separa Mexicali de Calexico. Será que Calexico es pequeña, será que Mexicali no es el prostibulo para EU como puede serlo en dado momento Juarez, pero Mexicali parece no sufrir la presencia de EU. Sin embargo Mexicali es una ciudad de migrantes. Decenas de ellos llegan aquí todos los días con una sola idea en la cabeza: atravesar ese muro, brincarlo, cruzarlo para llegar a California, la tierra de los miles sueños, de las miles promesas que, quizás, se cumpliran.
Estamos aquí y conocemos los tres refugios para migrantes que aquí se encuentran. Dos de corte católico, otro laico. Pero los tres se ocupan de apoyar el esfuerzo de decenas que cada día tratan de pasar del otro lado y todos aquellos que son deportados por la migra estadounidense. Entre los primeros, la mayoría son mexicanos, entre los segundos todos son mexicanos, porque los centroamericanos o son expulsados por EU a su tierra de orígen o son entregados a la migra mexicana, que esposados los lleva al DF, a la estación migratoria de Iztapalapa, de donde, a su vez, son expulsados más llá de la frontera sur.
Y las historias que los migrantes llevan consigo son miles, todas diferentes entre sí. Miles de historias cada año. Mil historias de intentos y esperanzas, muchas de las cuales se quibran en contra del uniforme de la Border Patrol. Pasan la frontera con el coyote con una constancia que casi piensas que no hay otra manera, que casi podríamos decir que cruzar al otro lado es un hecho "coyotizado". Pagar y confiar tu propia suerte en las manos de un tipo que te pide, mínimo, 1,500 dolares, parace ser normal. Y si luego te lleva a destinación, te deje a mitad del camino, te venda a la migra o te asalte, poco importa: esta es una apuesta che cada quien ace con su propio destino. Pero lo que resulta interesante es que las miles de historias que pasan al otro lado, en la mayoría de los casos regresan por un sólo único agujero, un embutdo, que convierte en iguales a todos: una puerta blanca, hecha de malla, que cruza de regreso a los que la Border Patrol deporta. Una vez cruzada esa puerta, otra vez nacen miles otras historias: entre quinenes sueñan el regreso al otro lado, quienes buscan otras vías, quines se rinden y dicen "ya basta, regreso a micasa", quienes no saben que hacer. Otros se quedan aquí, en Mexicali, a construir su vida.
A las siete de la mañana estamos frente la casa-refugio Betania. Buscabamos hospedaje, pero el lugar abre hasta la tarde. Encontramos invez cuatro esquinas a formar el crucero frente al refugio. En las cuetro esquinas grupos de migrantes, mexicanos y centroamericanos, que esperan. ¿Qué? Un trabajo. En pocos minutos llegan los carros nice de gente que los lleva a trabajar, en la construcción sobre todo. 200 pesos para 8 horas de trabajo. No está mal, pensamos, "sí, pero te llevas una chinga", nos confiesan los migrantes. Pero están contentos, pues así sobreviven mientras esperan que alguien del otro lado envie dinero para pagar al coyote. Y este es un aspecto importante, pues no sólo de migración se trata, sino también de familias fracturadas por la frontera que buscan volverse a unir del otro lado.
Hay la migración femenina luego, en rápido aumento en los ultimos años. Antes no se contaba, pues se consideraba que viajaban con esposos, maridos, hermanos, y las mujeres desaparecían en las estadisticas de los hombres. Hoy hay mujeres que viajan sólas. Es el caso de Maria, del estado de Durango. Busca su padre, del otro lado. Ha sido detenida, amenzada de violación, castigada por negarse con tres días sin comida, agua y descanso y luego deportada. La encontramos en una banqueta y en cuanto nos acercamos descarga toda su frustración y miedo. "Tengo miedo, pero lo vuelvo a intentar", confiesa.
Pasamos la noche en la casa-refugio Albergue Del Desierto, centro para menores migrantes y mujeres. Hay sólo dos jóvenes, pero aquí cada año pasan almenos 800 personas. Hoy expulsaron Humberto, 17 años, llega y grita, casi consigo mismo, que mañana lo intenta otra vez. Manuel, 16 años, expulsado ayer, inevz dice que ya se regresa a Toluca, con sus padres.
Monica, directora del refugio, nos habla de las actividades del mismo [audio]. El mismo refugio tiene una oficina a dos metros de la puertecita que expulsa mexicanos. Ahèi encontramos Rosario que nos cuenta las experiencias en la lèinea del frente [audio].
Otra csa-refugio es el Maná, de inspiración católica. Este lugar hospeda sólo adultos hombres.
Nos habla Laura, cocinera, siempre al frente, persona extremadamente sensible [audio].
Mientras esto sucede, al fondo escuchamos las frecuencias de los 88.8, "de migrantes para migrantes", transmitiendo desde Los Angeles. Frecuencia informativa en español e inglés con noticias, musicas, informaciones, tips para cruzar la frontera. Además comunica ilegales del otro lado con las familias de este lado. Gratuitamente. ¡Esta es radio comunitaria!
Mexicali > los migrantes construyen sueños
Estamos en Mexicali, ciudad de frontera, como Cd. Juarez pero aquí parece que la ciudad no crece y no ha crecido alrededor del desarrollo de la industria maquiladora. Ciertamente, la maquila existe y paga. Paga poco, menos que en Juarez, pero paga. Está raro, la ciudad parece ser muy acogedora, todo mundo anda mucho más tranquilo. Esta es la impresión. Acogedora como lo son los diferentes refugios para migrantes que visitamos.
Agarrando el transporte público, al fondo de las calles que cruzamos se ve una barda, alta, color café que separa Mexicali de Calexico. Será que Calexico es pequeña, será que Mexicali no es el prostibulo para EU como puede serlo en dado momento Juarez, pero Mexicali parece no sufrir la presencia de EU. Sin embargo Mexicali es una ciudad de migrantes. Decenas de ellos llegan aquí todos los días con una sola idea en la cabeza: atravesar ese muro, brincarlo, cruzarlo para llegar a California, la tierra de los miles sueños, de las miles promesas que, quizás, se cumpliran.
Estamos aquí y conocemos los tres refugios para migrantes que aquí se encuentran. Dos de corte católico, otro laico. Pero los tres se ocupan de apoyar el esfuerzo de decenas que cada día tratan de pasar del otro lado y todos aquellos que son deportados por la migra estadounidense. Entre los primeros, la mayoría son mexicanos, entre los segundos todos son mexicanos, porque los centroamericanos o son expulsados por EU a su tierra de orígen o son entregados a la migra mexicana, que esposados los lleva al DF, a la estación migratoria de Iztapalapa, de donde, a su vez, son expulsados más llá de la frontera sur.
Y las historias que los migrantes llevan consigo son miles, todas diferentes entre sí. Miles de historias cada año. Mil historias de intentos y esperanzas, muchas de las cuales se quibran en contra del uniforme de la Border Patrol. Pasan la frontera con el coyote con una constancia que casi piensas que no hay otra manera, que casi podríamos decir que cruzar al otro lado es un hecho "coyotizado". Pagar y confiar tu propia suerte en las manos de un tipo que te pide, mínimo, 1,500 dolares, parace ser normal. Y si luego te lleva a destinación, te deje a mitad del camino, te venda a la migra o te asalte, poco importa: esta es una apuesta che cada quien ace con su propio destino. Pero lo que resulta interesante es que las miles de historias que pasan al otro lado, en la mayoría de los casos regresan por un sólo único agujero, un embutdo, que convierte en iguales a todos: una puerta blanca, hecha de malla, que cruza de regreso a los que la Border Patrol deporta. Una vez cruzada esa puerta, otra vez nacen miles otras historias: entre quinenes sueñan el regreso al otro lado, quienes buscan otras vías, quines se rinden y dicen "ya basta, regreso a micasa", quienes no saben que hacer. Otros se quedan aquí, en Mexicali, a construir su vida.
A las siete de la mañana estamos frente la casa-refugio Betania. Buscabamos hospedaje, pero el lugar abre hasta la tarde. Encontramos invez cuatro esquinas a formar el crucero frente al refugio. En las cuetro esquinas grupos de migrantes, mexicanos y centroamericanos, que esperan. ¿Qué? Un trabajo. En pocos minutos llegan los carros nice de gente que los lleva a trabajar, en la construcción sobre todo. 200 pesos para 8 horas de trabajo. No está mal, pensamos, "sí, pero te llevas una chinga", nos confiesan los migrantes. Pero están contentos, pues así sobreviven mientras esperan que alguien del otro lado envie dinero para pagar al coyote. Y este es un aspecto importante, pues no sólo de migración se trata, sino también de familias fracturadas por la frontera que buscan volverse a unir del otro lado.
Hay la migración femenina luego, en rápido aumento en los ultimos años. Antes no se contaba, pues se consideraba que viajaban con esposos, maridos, hermanos, y las mujeres desaparecían en las estadisticas de los hombres. Hoy hay mujeres que viajan sólas. Es el caso de Maria, del estado de Durango. Busca su padre, del otro lado. Ha sido detenida, amenzada de violación, castigada por negarse con tres días sin comida, agua y descanso y luego deportada. La encontramos en una banqueta y en cuanto nos acercamos descarga toda su frustración y miedo. "Tengo miedo, pero lo vuelvo a intentar", confiesa.
Pasamos la noche en la casa-refugio Albergue Del Desierto, centro para menores migrantes y mujeres. Hay sólo dos jóvenes, pero aquí cada año pasan almenos 800 personas. Hoy expulsaron Humberto, 17 años, llega y grita, casi consigo mismo, que mañana lo intenta otra vez. Manuel, 16 años, expulsado ayer, inevz dice que ya se regresa a Toluca, con sus padres.
Monica, directora del refugio, nos habla de las actividades del mismo [audio]. El mismo refugio tiene una oficina a dos metros de la puertecita que expulsa mexicanos. Ahèi encontramos Rosario que nos cuenta las experiencias en la lèinea del frente [audio].
Otra csa-refugio es el Maná, de inspiración católica. Este lugar hospeda sólo adultos hombres.
Nos habla Laura, cocinera, siempre al frente, persona extremadamente sensible [audio].
Mientras esto sucede, al fondo escuchamos las frecuencias de los 88.8, "de migrantes para migrantes", transmitiendo desde Los Angeles. Frecuencia informativa en español e inglés con noticias, musicas, informaciones, tips para cruzar la frontera. Además comunica ilegales del otro lado con las familias de este lado. Gratuitamente. ¡Esta es radio comunitaria!
publicado el 26.1.07
Cd. Juarez, Chihuahua > impunidad, miseria y explotación a la frontera
La miseria parece caracterizar esta ciudad. "No sólo es delincuencia, violencia y miseria esta ciudad", nos dicen los compas que nos reciben. Es cierto, sin embargo, llegando desde otro lado, uno no puede evitar de notar la extrema precariedad de esta ciudad.
En nuestro recorrido, topamos a mucha gente y muchas situaciones distintas.
Empezamos con los compas que conforman la Otra Juarez. Platiamos con Selene, del colectivo Lunatika, pequeño colectivo que mantiene un espacio en el poniente de la ciudad, ahí en donde vive el llamado "dormitorio de la maquiladora". Selene nos dibuja un panorama reducido, pues pocas son las organizaciones que viven la Otra aquí en Juarez, sin embargo la voluntad no falta y los planes tampoco.
Aquí el [audio] de Selene.
Conocimos también Veronica, de la Red de Solidaridad con México, agrupación estadounidense que desde 1996 se solidariza con la causa zapatista y con otros proyectos en México. Además llevan a cabo un proyecto educativo en las universidades de Texas, para concientizar los jovenes estudiantes acerca de las consecuencias de las políticas norteamericanas en México.
Aquí el [audio] de Veronica.
Veronica nos introduce al otro gran tema en Juarez, el minicidio de mil mujeres almenos en esta ciudad.
De ello hablamos con Marisela Ortiz, de Nuestra Hijas de Regreso a Casa.
Aquí el primer [audio] y el segundo [audio].
El otro aspecto, esto sí caracterizante esta ciudad, es la presencia d la industria maquiladora. Este monstruo que paga con hambre (500 pesos semanales) y hace trabajar en condiciones de explotación extrema. La mayoría son mujeres, muchas menores, la gran mayoría migrantes de las partes más pobres del país. La ciudad ha crecido alrededor de esta industria que provee trabajo a una tercera parte del millon y medio de habitantes de Juarez. Sin embargo, al crecimiento demografico acelerado de las ultimas decdas no ha correspondido el crecimiento de la ciudad, de tal manera que no sólo la mitad de las calles no son pavimentadas, sino que faltan escuelas, hospitales y muchos otros servicios esenciales, cuales agua, telefono, etc.. El 20% de la población vive en condiciones de pobreza extrema. En fin, la ciudad crece sin regularidad y además abandonada por las politicas gubernamntales, que responden sólo a los intereses de la industria maquiladora. De esta manera, las reglas de convivencia son dejadas en manos de los poderosos, el narco antes que nadie, que imponen relaciones de desconfianza y violencia. No todo es así, lo sabemos, pero la percepción de estas pocas horas apunta en esta dirección.
El sindacalismo en la maquila no existe o está completamente controlado por las empresas. Sin embargo hay quienes, entre miles de dificultades y acosos, tratan de responder y promover los derechos de los trabajadores. Hablamos con Alejandro Perez de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Aquí el [audio] con Alejandro.
Entrevistamos luego algunas trabajadoras de la maquila. Aquí el [audio].
Asombrosa es la formación católica de muchos activistas en Juarez. La teologia de la liberación tuvo aquí grandes representantes y esto se rfleja hoy en muchas organizaciones de corte católico que, a diferencia de losjefes de la Iglesias católica en México, sí se ocupan de los explotados y con ellos tratan de mejorar las condiciones de los trabajadores y de la ciudadania en general.
Hablamos con Felix Leonardo Perez, de Pastoral Obrera. Aquí el [audio].
Cd. Juarez se presenta como el lugar de la producción neofordista: la separación clara, señalada por una red y un alambre de púas, entre trabajo inmaterial, al norte, y trabajo dmasiado material al sur. Las fábricas existen y tabién los obreros y sin embargo la riqueza producida aquí - en condiciones de hambre - se va apenas a unos kilometros al norte. Las reglas las dictan los fuertes, el narco en la ciudad, los jefes en la línea de producción, las bandas de excluidos en los barrios. En el medio, miles de personas que esperan no ser despedidos al día siguiente, esperan no ser asesinadas o secuestradas, y que ya perdieron la esperanza en cruzar al otro lado. Ayer este pedazo de desierto recordaba héroes del tamaño de Pancho Villa, hoy les queda idolatrar a los jefes del narco y tratar de emularlos.
[algunas imágenes]
Cd. Juarez, Chihuahua > impunidad, miseria y explotación a la frontera
La miseria parece caracterizar esta ciudad. "No sólo es delincuencia, violencia y miseria esta ciudad", nos dicen los compas que nos reciben. Es cierto, sin emabrgo, llegando desde otro lado, uno no puede evitar de notar la extrema precariedad de esta ciudad.
En nuestro recorrido, topamos a mucha gente y muchas situaciones distintas.
Empezamos con los compas que conforman la Otra Juarez. Platiamos con Selene, del colectivo Lunatika, pequeño colectivo que mantiene un espacio en el poniente de la ciudad, ahí en donde vive el llamado "dormitorio de la maquiladora". Selene nos dibuja un panorama reducido, pues pocas son las organizaciones que viven la Otra aquí en Juarez, sin embargo la voluntad no falta y los planes tampoco.
Aquí el [audio] de Selene.
Conocimos también Veronica, de la Red de Solidaridad con México, agrupación estadounidense que desde 1996 se solidariza con la causa zapatista y con otros proyectos en México. Además llevan a cabo un proyecto educativo en las universidades de Texas, para concientizar los jovenes estudiantes acerca de las consecuencias de las políticas norteamericanas en México.
Aquí el [audio] de Veronica.
Veronica nos introduce al otro gran tema en Juarez, el minicidio de mil mujeres almenos en esta ciudad.
De ello hablamos con Marisela Ortiz, de Nuestra Hijas de Regreso a Casa.
Aquí el [audio].
El otro aspecto, esto sí caracterizante esta ciudad, es la presencia d la industria maquiladora. Este monstruo que paga con hambre (500 pesos semanales) y hace trabajar en condiciones de explotación extrema. La mayoría son mujeres, muchas menores, la gran mayoría migrantes de las partes más pobres del país. La ciudad ha crecido alrededor de esta industria que provee trabajo a una tercera parte del millon y medio de habitantes de Juarez. Sin embargo, al crecimiento demografico acelerado de las ultimas decdas no ha correspondido el crecimiento de la ciudad, de tal manera que no sólo la mitad de las calles no son pavimentadas, sino que faltan escuelas, hospitales y muchos otros servicios esenciales, cuales agua, telefono, etc.. El 20% de la población vive en condiciones de pobreza extrema. En fin, la ciudad crece sin regularidad y además abandonada por las politicas gubernamntales, que responden sólo a los intereses de la industria maquiladora. De esta manera, las reglas de convivencia son dejadas en manos de los poderosos, el narco antes que nadie, que imponen relaciones de desconfianza y violencia. No todo es así, lo sabemos, pero la percepción de estas pocas horas apunta en esta dirección.
El sindacalismo en la maquila no existe o está completamente controlado por las empresas. Sin embargo hay quienes, entre miles de dificultades y acosos, tratan de responder y promover los derechos de los trabajadores. Hablamos con Alejandro Perez de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Aquí el [audio] con Alejandro.
Asombrosa es la formación católica de muchos activistas en Juarez. La teologia de la liberación tuvo aquí grandes representantes y esto se rfleja hoy en muchas organizaciones de corte católico que, a diferencia de losjefes de la Iglesias católica en México, sí se ocupan de los explotados y con ellos tratan de mejorar las condiciones de los trabajadores y de la ciudadania en general.
Hablamos con Felix Leonardo Perz, de Pastoral Obrera. Aquí el [audio].
Cd. Juarez se presenta como el lugar de la producción neofordista: la separación clara, señalada por una red y un alambre de púas, entre trabajo inmaterial, al norte, y trabajo dmasiado material al sur. Las fábricas existen y tabién los obreros y sin embargo la riqueza producida aquí - en condiciones de hambre - se va apenas a unos kilometros al norte. Las reglas las dictan los fuertes, el narco en la ciudad, los jefes en la línea de producción, las bandas de excluidos en los barrios. En el medio, miles de personas que esperan no ser despedidos al día siguiente, esperan no ser asesinadas o secuestradas, y que ya perdieron la esperanza en cruzar al otro lado. Ayer este pedazo de desierto recordaba héroes del tamaño de Pancho Villa, hoy les queda idolatrar a los jefes del narco y tratar de emularlos.
La miseria parece caracterizar esta ciudad. "No sólo es delincuencia, violencia y miseria esta ciudad", nos dicen los compas que nos reciben. Es cierto, sin emabrgo, llegando desde otro lado, uno no puede evitar de notar la extrema precariedad de esta ciudad.
En nuestro recorrido, topamos a mucha gente y muchas situaciones distintas.
Empezamos con los compas que conforman la Otra Juarez. Platiamos con Selene, del colectivo Lunatika, pequeño colectivo que mantiene un espacio en el poniente de la ciudad, ahí en donde vive el llamado "dormitorio de la maquiladora". Selene nos dibuja un panorama reducido, pues pocas son las organizaciones que viven la Otra aquí en Juarez, sin embargo la voluntad no falta y los planes tampoco.
Aquí el [audio] de Selene.
Conocimos también Veronica, de la Red de Solidaridad con México, agrupación estadounidense que desde 1996 se solidariza con la causa zapatista y con otros proyectos en México. Además llevan a cabo un proyecto educativo en las universidades de Texas, para concientizar los jovenes estudiantes acerca de las consecuencias de las políticas norteamericanas en México.
Aquí el [audio] de Veronica.
Veronica nos introduce al otro gran tema en Juarez, el minicidio de mil mujeres almenos en esta ciudad.
De ello hablamos con Marisela Ortiz, de Nuestra Hijas de Regreso a Casa.
Aquí el [audio].
El otro aspecto, esto sí caracterizante esta ciudad, es la presencia d la industria maquiladora. Este monstruo que paga con hambre (500 pesos semanales) y hace trabajar en condiciones de explotación extrema. La mayoría son mujeres, muchas menores, la gran mayoría migrantes de las partes más pobres del país. La ciudad ha crecido alrededor de esta industria que provee trabajo a una tercera parte del millon y medio de habitantes de Juarez. Sin embargo, al crecimiento demografico acelerado de las ultimas decdas no ha correspondido el crecimiento de la ciudad, de tal manera que no sólo la mitad de las calles no son pavimentadas, sino que faltan escuelas, hospitales y muchos otros servicios esenciales, cuales agua, telefono, etc.. El 20% de la población vive en condiciones de pobreza extrema. En fin, la ciudad crece sin regularidad y además abandonada por las politicas gubernamntales, que responden sólo a los intereses de la industria maquiladora. De esta manera, las reglas de convivencia son dejadas en manos de los poderosos, el narco antes que nadie, que imponen relaciones de desconfianza y violencia. No todo es así, lo sabemos, pero la percepción de estas pocas horas apunta en esta dirección.
El sindacalismo en la maquila no existe o está completamente controlado por las empresas. Sin embargo hay quienes, entre miles de dificultades y acosos, tratan de responder y promover los derechos de los trabajadores. Hablamos con Alejandro Perez de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Aquí el [audio] con Alejandro.
Asombrosa es la formación católica de muchos activistas en Juarez. La teologia de la liberación tuvo aquí grandes representantes y esto se rfleja hoy en muchas organizaciones de corte católico que, a diferencia de losjefes de la Iglesias católica en México, sí se ocupan de los explotados y con ellos tratan de mejorar las condiciones de los trabajadores y de la ciudadania en general.
Hablamos con Felix Leonardo Perz, de Pastoral Obrera. Aquí el [audio].
Cd. Juarez se presenta como el lugar de la producción neofordista: la separación clara, señalada por una red y un alambre de púas, entre trabajo inmaterial, al norte, y trabajo dmasiado material al sur. Las fábricas existen y tabién los obreros y sin embargo la riqueza producida aquí - en condiciones de hambre - se va apenas a unos kilometros al norte. Las reglas las dictan los fuertes, el narco en la ciudad, los jefes en la línea de producción, las bandas de excluidos en los barrios. En el medio, miles de personas que esperan no ser despedidos al día siguiente, esperan no ser asesinadas o secuestradas, y que ya perdieron la esperanza en cruzar al otro lado. Ayer este pedazo de desierto recordaba héroes del tamaño de Pancho Villa, hoy les queda idolatrar a los jefes del narco y tratar de emularlos.