publicado el 26.1.07

Cd. Juarez, Chihuahua > impunidad, miseria y explotación a la frontera

La miseria parece caracterizar esta ciudad. "No sólo es delincuencia, violencia y miseria esta ciudad", nos dicen los compas que nos reciben. Es cierto, sin embargo, llegando desde otro lado, uno no puede evitar de notar la extrema precariedad de esta ciudad.
En nuestro recorrido, topamos a mucha gente y muchas situaciones distintas.
Empezamos con los compas que conforman la Otra Juarez. Platiamos con Selene, del colectivo Lunatika, pequeño colectivo que mantiene un espacio en el poniente de la ciudad, ahí en donde vive el llamado "dormitorio de la maquiladora". Selene nos dibuja un panorama reducido, pues pocas son las organizaciones que viven la Otra aquí en Juarez, sin embargo la voluntad no falta y los planes tampoco.
Aquí el [audio] de Selene.

Conocimos también Veronica, de la Red de Solidaridad con México, agrupación estadounidense que desde 1996 se solidariza con la causa zapatista y con otros proyectos en México. Además llevan a cabo un proyecto educativo en las universidades de Texas, para concientizar los jovenes estudiantes acerca de las consecuencias de las políticas norteamericanas en México.
Aquí el [audio] de Veronica.
Veronica nos introduce al otro gran tema en Juarez, el minicidio de mil mujeres almenos en esta ciudad.
De ello hablamos con Marisela Ortiz, de Nuestra Hijas de Regreso a Casa.
Aquí el primer [audio] y el segundo [audio].

El otro aspecto, esto sí caracterizante esta ciudad, es la presencia d la industria maquiladora. Este monstruo que paga con hambre (500 pesos semanales) y hace trabajar en condiciones de explotación extrema. La mayoría son mujeres, muchas menores, la gran mayoría migrantes de las partes más pobres del país. La ciudad ha crecido alrededor de esta industria que provee trabajo a una tercera parte del millon y medio de habitantes de Juarez. Sin embargo, al crecimiento demografico acelerado de las ultimas decdas no ha correspondido el crecimiento de la ciudad, de tal manera que no sólo la mitad de las calles no son pavimentadas, sino que faltan escuelas, hospitales y muchos otros servicios esenciales, cuales agua, telefono, etc.. El 20% de la población vive en condiciones de pobreza extrema. En fin, la ciudad crece sin regularidad y además abandonada por las politicas gubernamntales, que responden sólo a los intereses de la industria maquiladora. De esta manera, las reglas de convivencia son dejadas en manos de los poderosos, el narco antes que nadie, que imponen relaciones de desconfianza y violencia. No todo es así, lo sabemos, pero la percepción de estas pocas horas apunta en esta dirección.
El sindacalismo en la maquila no existe o está completamente controlado por las empresas. Sin embargo hay quienes, entre miles de dificultades y acosos, tratan de responder y promover los derechos de los trabajadores. Hablamos con Alejandro Perez de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Aquí el [audio] con Alejandro.
Entrevistamos luego algunas trabajadoras de la maquila. Aquí el [audio].
Asombrosa es la formación católica de muchos activistas en Juarez. La teologia de la liberación tuvo aquí grandes representantes y esto se rfleja hoy en muchas organizaciones de corte católico que, a diferencia de losjefes de la Iglesias católica en México, sí se ocupan de los explotados y con ellos tratan de mejorar las condiciones de los trabajadores y de la ciudadania en general.
Hablamos con Felix Leonardo Perez, de Pastoral Obrera. Aquí el [audio].

Cd. Juarez se presenta como el lugar de la producción neofordista: la separación clara, señalada por una red y un alambre de púas, entre trabajo inmaterial, al norte, y trabajo dmasiado material al sur. Las fábricas existen y tabién los obreros y sin embargo la riqueza producida aquí - en condiciones de hambre - se va apenas a unos kilometros al norte. Las reglas las dictan los fuertes, el narco en la ciudad, los jefes en la línea de producción, las bandas de excluidos en los barrios. En el medio, miles de personas que esperan no ser despedidos al día siguiente, esperan no ser asesinadas o secuestradas, y que ya perdieron la esperanza en cruzar al otro lado. Ayer este pedazo de desierto recordaba héroes del tamaño de Pancho Villa, hoy les queda idolatrar a los jefes del narco y tratar de emularlos.

[algunas imágenes]

Cd. Juarez, Chihuahua > impunidad, miseria y explotación a la frontera

La miseria parece caracterizar esta ciudad. "No sólo es delincuencia, violencia y miseria esta ciudad", nos dicen los compas que nos reciben. Es cierto, sin emabrgo, llegando desde otro lado, uno no puede evitar de notar la extrema precariedad de esta ciudad.
En nuestro recorrido, topamos a mucha gente y muchas situaciones distintas.
Empezamos con los compas que conforman la Otra Juarez. Platiamos con Selene, del colectivo Lunatika, pequeño colectivo que mantiene un espacio en el poniente de la ciudad, ahí en donde vive el llamado "dormitorio de la maquiladora". Selene nos dibuja un panorama reducido, pues pocas son las organizaciones que viven la Otra aquí en Juarez, sin embargo la voluntad no falta y los planes tampoco.
Aquí el [audio] de Selene.

Conocimos también Veronica, de la Red de Solidaridad con México, agrupación estadounidense que desde 1996 se solidariza con la causa zapatista y con otros proyectos en México. Además llevan a cabo un proyecto educativo en las universidades de Texas, para concientizar los jovenes estudiantes acerca de las consecuencias de las políticas norteamericanas en México.
Aquí el [audio] de Veronica.
Veronica nos introduce al otro gran tema en Juarez, el minicidio de mil mujeres almenos en esta ciudad.
De ello hablamos con Marisela Ortiz, de Nuestra Hijas de Regreso a Casa.
Aquí el [audio].

El otro aspecto, esto sí caracterizante esta ciudad, es la presencia d la industria maquiladora. Este monstruo que paga con hambre (500 pesos semanales) y hace trabajar en condiciones de explotación extrema. La mayoría son mujeres, muchas menores, la gran mayoría migrantes de las partes más pobres del país. La ciudad ha crecido alrededor de esta industria que provee trabajo a una tercera parte del millon y medio de habitantes de Juarez. Sin embargo, al crecimiento demografico acelerado de las ultimas decdas no ha correspondido el crecimiento de la ciudad, de tal manera que no sólo la mitad de las calles no son pavimentadas, sino que faltan escuelas, hospitales y muchos otros servicios esenciales, cuales agua, telefono, etc.. El 20% de la población vive en condiciones de pobreza extrema. En fin, la ciudad crece sin regularidad y además abandonada por las politicas gubernamntales, que responden sólo a los intereses de la industria maquiladora. De esta manera, las reglas de convivencia son dejadas en manos de los poderosos, el narco antes que nadie, que imponen relaciones de desconfianza y violencia. No todo es así, lo sabemos, pero la percepción de estas pocas horas apunta en esta dirección.
El sindacalismo en la maquila no existe o está completamente controlado por las empresas. Sin embargo hay quienes, entre miles de dificultades y acosos, tratan de responder y promover los derechos de los trabajadores. Hablamos con Alejandro Perez de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Aquí el [audio] con Alejandro.
Asombrosa es la formación católica de muchos activistas en Juarez. La teologia de la liberación tuvo aquí grandes representantes y esto se rfleja hoy en muchas organizaciones de corte católico que, a diferencia de losjefes de la Iglesias católica en México, sí se ocupan de los explotados y con ellos tratan de mejorar las condiciones de los trabajadores y de la ciudadania en general.
Hablamos con Felix Leonardo Perz, de Pastoral Obrera. Aquí el [audio].

Cd. Juarez se presenta como el lugar de la producción neofordista: la separación clara, señalada por una red y un alambre de púas, entre trabajo inmaterial, al norte, y trabajo dmasiado material al sur. Las fábricas existen y tabién los obreros y sin embargo la riqueza producida aquí - en condiciones de hambre - se va apenas a unos kilometros al norte. Las reglas las dictan los fuertes, el narco en la ciudad, los jefes en la línea de producción, las bandas de excluidos en los barrios. En el medio, miles de personas que esperan no ser despedidos al día siguiente, esperan no ser asesinadas o secuestradas, y que ya perdieron la esperanza en cruzar al otro lado. Ayer este pedazo de desierto recordaba héroes del tamaño de Pancho Villa, hoy les queda idolatrar a los jefes del narco y tratar de emularlos.